El Mundial de Chile 1962 fue catalogado como el más sucio de la historia, por la ausencia casi total de "fair play". Después de los primeros dos días de juego el parte médico fue alarmante: 24 bajas por lesiones. Y no se detuvo allí: alcanzaría su clímax con el partido que sería denominado "la batalla de Santiago".
La Unión Soviética y Yugoslavia venían de jugar la final de la Eurocopa, en 1960 en París, con triunfo por 2 a 1 para la URSS. Había tensión y rivalidad, y les tocó el mismo grupo en primera ronda e incluso abrir los juegos en la sede de Arica.
Puñetazos, patadas, cabezas rotas, grescas, fracturas fue el resultado en el terreno. El jugador ruso Dubinsky, seriamente lesionado, no volvería nunca más a jugar al fútbol. En lo números volvió a la ganar la URSS: 2 a 0.
A la misma hora del mismo día, en Santiago, Alemania e Italia protagonizaban otra batalla campal. Cuatro italianos y cuatro alemanes lesionados de consideración fue el resultado del juego. Empate en lesionados y también en el marcador: 0 a 0.
El técnico germano Sepp Herberger declaró: "Éste ha sido el partido más duro en la historia del fútbol alemán".
Por su parte, Checoslovaquia y España, en Viña del Mar, no se quedaron atrás. El español Rivella terminó con el pie enyesado y su compañero Reija con rotura de menisco. El golero checo Scroif recibió tal patada en la cabeza que quedó inconsciente y el partido debió suspenderse por cinco minutos.
Argentinos y búlgaros también se agredieron en Rancagua. Cinco albicelestes terminan el juego lesionados y dos búlgaros quedan afuera del resto del torneo víctima de graves lesiones. Pero, al igual que en los otros cotejos y aunque resulte increíble, no hubo expulsados: los arbitrajes, con una tolerancia inadmisible, contribuyeron a la extensión de los malos procedimientos.
La prensa extranjera apostada en el país registró lo evidente en sus titulares: "Ensalada de golpes salvajes", "Extraordinaria violencia", "Desagradables batallas campales".
Fue tal la preocupación que el viernes 1º de junio, la FIFA se reunió de urgencia para tratar el problema de la brutalidad y los malos arbitrajes en el torneo.
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