China está sufriendo escasez de combustible y electricidad en las últimas semanas. La situación se ha vuelto en extremo complicada, llegando a racionarse la gasolina y el diésel en algunas regiones.
Para paliar la situación, las autoridades están intentando reducir las exportaciones y aumentar las importaciones de combustible. Por si fuera poco, con la subida de la cotización del crudo, las refinerías —tanto privadas como estatales— se vieron obligadas a elevar los precios al por mayor del diésel y la gasolina en múltiples ocasiones.
La crisis energética que está viviendo China fue causada por la falta de carbón y gas natural. Todo ello deriva de las limitaciones de producción impuestas por el Gobierno para reducir las emisiones.