El satélite Heritage ERS-2, de la Agencia Espacial Europea (ESA), ingresará este miércoles en la atmósfera terrestre, llegando al final de su vida útil.
Se espera que el objeto, de dos toneladas de peso, comience a desintegrarse cuando alcance unos 80 kilómetros respecto a la Tierra. La mayoría de los trozos del satélite se quemarán completamente.
Sin embargo, no se descarta que algunos fragmentos de hasta 50 kilos puedan caer en diversos puntos del planeta
Esta incertidumbre se debe principalmente a la influencia de la impredecible actividad solar, que afecta a la densidad de la atmósfera terrestre y, por tanto, a la resistencia que experimenta el satélite.